De "Diosa del Trueno" a "La Mujer Biónica"


Diciembre 2018, tenía pocas semanas de haber iniciado mi travesía sin ticket de regreso, no sabía cuánto tiempo estaría fuera y estaba dispuesta a disfrutar y vivir cada experiencia, recientemente había dejado mi trabajo para vivir este sueño.

Llegué a Colombia, era la primera vez en mi vida que hacía un voluntariado, estaba muy emocionada y a la vez nerviosa, me sentía como una niña en una escuela nueva, el mundo de los mochileros era demasiado nuevo para mí. Llegué justo para la famosa feria de Cali. Un agotador viaje de 12 hrs en bus desde Bogotá, llegué e inmediatamente dejé mochila y me fuí con todo el staff, mucho ron, fiesta y diversión, ¡Qué buena bienvenida!.

Aprendí las tareas bastante rápido, mis compañeros algunos latinos (México y Argentina) y el resto europeos, el mejor team que podía existir, me hicieron sentir muy cómoda y siempre estaban allí apoyando a la "nueva". José el dueño, era increíble, todo un personaje, alegre y comprometido totalmente a darles a todos sus huéspedes una experiencia única, convirtiendo el lugar en uno de los mejores hostels de Cali.

Es gracioso pero al principio me hicieron mucho "bullying" debido a mi "gran tamaño", además de ser la única centroamericana, no me dejé intimidar tan fácil, siempre sabía que responder cada vez que me hacían una broma (creo que estaba pagando derecho de piso).

Fue allí dónde conocí a un chico de Vancouver Canadá, el día que hablamos por primera vez, él trazaba ruta en un mapa (lo cual actualmente ya no es popular hacerlo), me contó que estaba haciendo el viaje en moto desde su país con destino al "Fin del Mundo" en Ushuaia Argentina. Todos lo llamaban "Thor" por su gran parecido a tal personaje, su nombre real John, tenía varios días de estar hospedado, incluso ya tenían identificada su rutina diaria (gym, cocinar, leer, trabajar en su laptop, dormir), nunca salía de fiesta.

Por alguna razón él y yo congeniamos muy bien y nos hicimos amigos rápidamente, creo que fue porque me contó que la peor cita de su vida la tuvo con una chapina, muerta de risa quise conocer detalles de tal suceso, claramente tenía que hacer algo para borrar esa idea de las mujeres guatemaltecas. Al conocer el trasfondo de la historia, en realidad no fue tan malo como pensaba, concluimos que fue el choque cultural y la barrera idiomática la que hicieron que ambos hayan pasado un mal momento.

Para evitar que mis compañeros hicieran bromas o preguntaran sobre mi nueva amistad con "Thor" ya que según ellos nunca lo habían visto saliendo con ninguna chica, decidí que nuestras salidas a comer o alguna actividad recreativa fueran en "secreto" no creí profesional que fueran a relacionar un voluntario con un huésped, no se vería bien, como buena latina de mente cerrada me preocupaba "el que dirán".

Llegó la celebración de año nuevo y mi reciente amigo había hecho una "excepción" de no dormir temprano para poder pasar fiestas en mi compañía, para ese entonces yo ya estaba en boca de todo el staff y me gané el "respeto" por haber logrado sacar del "área de confort" al gran "Thor", pasé de ser "la chiquitina" a ser apodada como "La Diosa del Trueno", incluso habían hecho un montaje de mi con el personaje de la película, ambos reímos a carcajadas de mi nuevo nickname y recreamos la escena, y es que literal, cada salida al parque los niños gritaran "allí va Thor" incluso algunas personas le tomaban fotos.

03 de enero 2019, era un día muy caluroso y habíamos hecho planes de salir en su Kawasaki KLR650 e ir al famoso río Pancé, tenía turno por la mañana así que mientras yo finalizaba tareas él chequeaba que todo bien con la moto, siempre me han gustado mucho las motocicletas asi que estaba emocionada de hacer algo totalmente diferente.

El paseo fue espectacular, empezamos a subir la montaña y alejarnos lo más que podíamos de las personas y del ruido de la ciudad. Finalmente llegamos al punto perfecto. Era un pequeño parque con una cascada y de agua muy fría, a un costado se encontraba el río. Todo fluía muy bien hasta la que, mientras caminaba en el río en cuestión de segundos resbalé al poner mi pie en una roca lisa, mi cuerpo por inercia giró totalmente al lado contrario provocando que mi tobillo derecho diera vuelta y la planta de mi pie quedara viendo totalmente hacia arriba, dicha escena y el sonido de mis huesos quebrándose como ramitas de árbol es algo que nunca olvidaré.

En un abrir y cerrar de ojos todo se derrumbó, Jhon inmediatamente llegó a prestarme ayuda, verificar lo sucedido para luego proceder a regresar mi pie  a su lugar, por suerte él contaba con varias capacitaciones y experiencia sobre el manejo de fracturas y accidentes.

Mientras la ambulancia llegaba al  lugar que por cierto era un poco de difícil acceso, las demás personas buscaban la manera de sacarme del área para prestarme primeros auxilios y proceder a inmovilizar mi tobillo. Pienso que fue la cantidad de adrenalina que mi cuerpo generó para protegerme del dolor que mi mente bloqueó cualquier sensación, estaba en shock, esa sensación de tener los huesos despegados es algo difícil de explicar. 

Llamé inmediatamente a mi seguro, por "suerte" tenía uno, José llegó inmediatamente a mi rescate, mientras en el hospital esperábamos atención, la ambulancia se daba a la fuga ya que durante el trayecto nos intentaron de convencer para que dijeramos que tuve un accidente de moto y así hacer que el seguro de John cubriera los gastos, era una total estafa para comisionar, por supuesto dijimos que NO.

Al no tener respuesta positiva del hospital por falta de insumos (era público), me sacaron y me trasladaron a un hospital privado, allí recibí toda la atención necesaria, hasta ese momento aún no tenía un dolor exagerado, después de varios análisis, el traumatólogo llegó y me dió la peor noticia, tenía 3 fracturas de tibia y peroné las cuales tenía que operar y colocar placas de metal debido a la gravedad. La piel se me erizó y las lágrimas se hicieron presente, ese sueño que apenas había iniciado, se hizo pedacitos, José y John fueron mis ángeles en aquel momento.

El seguro no quiso hacerse responsable de la operación debido a un diagnóstico mal informado dónde el traumatólogo indicaba que la operación tenía que realizarse en mi país de origen, claramente el doctor y el seguro fueron cómplices, por lo general hay una compensación de por medio, ya que dicha operación sobrepasaba los $5,000 US, así que la salida fácil era repatriarme cubriendo los traslados y proceso de reembolso de los más de $500 US gastados por la emergencia, ellos sabían que al tocar tierras Guatemaltecas yo quedaba sin cobertura alguna y todo lo demás correría por mi cuenta.

Para el día 05 yo ya tenía mi vuelo de regreso listo, después de llorar por varias horas entendí que las cosas pasaban por algo, la despedida fue dura, a mis compañeros de voluntariado los llevaré en mi corazón, estuvieron allí animándome y haciéndome reír hasta el último momento. Jhon se tomó la molestia de cuidar de mi todo el tiempo, cocinar y estar pendiente de todas mis necesidades incluso durante la noche. Me sentí totalmente amada y protegida por tanta gente que olvidé que estaba lejos de casa, mi viaje terminó mal sin embargo jamás olvidaré todo el amor que recibí.

"Thor" se fue el mismo día en que yo regresaba a Guatemala, él continuó su trayecto mientras yo estaba en el aeropuerto siendo interrogada por la policía de narcóticos. Claramente levanté sospechas debido a mi ticket de último momento comprado por una compañía en el que al parecer figuraba con un nombre individual. Después de revisar todas mis pertenencias y casi pasarme en el BodyScan (era imposible ponerme de pie) finalmente comprobaron mi historia y me dejaron ir, obvio me asusté al pensar que podía llevar algo ilícito sin mi consentimiento en mi gran bota de yeso, estaba en Colombia.

Regresé a casa para una intervención quirúrgica y una recuperación que me llevó más 12 semanas para volver a caminar. Me tomó 7 largos meses de terapia y recuperación para tener fuerzas y volver a salir, retomar mi vida y planear mi regreso, por supuesto que un tobillo roto no evitaría las inmesas ganas que tengo de seguir viendo el mundo.

Fue así como, deje de ser la "Diosa del Trueno" y me convertí en "La Mujer Biónica", ese fue mi nuevo nickname que José creativamente me dió debido a la placa de metal y los 6 tornillos que ahora me acompañan en cada paso que doy y en cada travesía nueva que hago.




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